Claro que el tamaño importa.
Dicen que el tamaño importa, y tienen razón, al menos, cuando hablamos de vinos. ¿sabías que hay más de 10 tamaños diferentes de botellas? ¿cuántos conoces? por qué el standard está fijado en 750 Cl. en lugar de 1 litro que parece más lógico?
Ya sabéis lo mucho que nos gusta en estas páginas investigar sobre curiosidades acerca de aspectos que estén relacionados con los productos de León, pues hoy, os traemos una información muy curiosa que afecta a todos y cada uno de los maravillosos vinos deLeón, tanto los de la D.O. Bierzo como los de D.O. León.
Magnum, la preferida por los enólogos.
El tamaño magnum, de 1,5l. es bastante habitual y suele verse, tanto en restaurantes como en barras de vinotecas, según los expertos, el vino crece mejor y se redondea más cuanto más volumen cuenta, es por ello, que una botella Magnum es la preferida por los expertos.
Además, en una magnum la cantidad de vino es el doble a la estándar, pero el oxígeno en el cuello de la botella el prácticamente el mismo. Esto hace que sea más adecuada para la guarda y conservación. Visualmente, nos parece una botella muy grande, que aparenta tener más del doble que una botella convencional, (como así es) litro y medio de ambrosía.
Hay varias bodegas, tanto de la D.O. León como de la D.O. Bierzo que fabrican producciones de Magnum y otros tamaños, sin duda, la mejor manera de comprobar la calidad de los vinos de León, es probarlas en los diferentes tamaños.
Dentro de la D.O. León, podemos destacar algunas bodegas que tienen en sus catálogos formatos Magnum, como pueden ser Pardevalles, Gordonzello, Pincerna o Vile La Finca mientras que entre las bodegas del Bierzo, destacaríamos las producciones gran formato de Prada, Encima Wines, o Bodega del Abad
La Historia de los 750cl.
Cuando se destapa la tapa de las esencias de las leyendas urbanas, sucede esto, una serie de historias preciosas, y más o menos creíbles acerca del origen de algo, una de ellas acerca del por qué las botellas no son una unidad de litro, y si es 3/4, viene de la capacidad pulmonar de los antiguos sopladores de vidrio, pero también también hay quien mantiene que 0,75l es la cantidad de líquido que se obtiene de un kilogramo de uva y da allí el tamaño de la botella. Precioso todo.
El vino, como la vida, siempre es una cuestión de medida.
En el Siglo XVIII el Imperio Británico era la autoridad colonial más poderosa y dominaban la distribución del vino a nivel mundial. Los Británicos medían los líquidos por galones, siendo un galón 4,5 litros. Resulta que, si dividimos 4,5 l entre seis resulta en 0,75 l, y si lo hacemos entre 12 resultan 0,375l. lo que es lo mismo que preguntarse ¿cuántas botellas caben en una caja estándar? Pues normalmente 6 o 12, o lo que es igual, entre 1 y 2 Galones Imperiales.
Además, si tomamos en cuenta que la barrica bordelesa tiene 225l, o su equivalente en 50 Galones Imperiales, representan el conveniente número de 25 cajas de 12 botellas. ¿Casualidad?, no lo creo – que diría el filósofo Cárdenas –
Si el médico te recomienda solo una unidad al día.
Los romanos, decían que era la dosis diaria recomendada, 1 unidad (750Cl.) pero si quieres saber cuáles son los tamaños oficiales, van desde la típica botella de avión (187,5 ml) hasta la impresionante botella «Melchior» (18 litros). por el medio, tienes de todos los gustos (y tamaños) para comer uno solo en un restaurante, tienes la «Media botella» : La mitad del tamaño estándar de 375 ml, la ya standard de 750 ml, la mencionada Magnum de 1,5l., la doble Magnum de 3l. y la que seguro que has visto en los podiums de Formula 1, es la curiosa Jeroboam, de 4,5l., de ahí pasamos a los 6l. de la Matusalem, los 9l. de la Salmanazar, los 12 de la Baltasar, seguida por la monstruosa Nabucodonosor de 15l. y la previamente mencionada Melchior, que es la más grande con sus 18l.
Si, si, 18! cuántos amigos hay que tener para poder abrir una Melchior en la mesa? Seguro que tienes que contar con ayuda para servir copas con esos tamaños!
Como siempre no nos cansamos de recomendar el consumo (con moderación, por supuesto) de vinos de nuestra tierra, tenemos la suerte de contar con dos denominaciones de origen que están dando lo mejor de si mismas en pro de una tierra, la nuestra, que necesita que todos apoyemos. Brindar con vinos de León o del Bierzo, nos alegra el alma y el espíritu además de ayudar al más prosaico de los mercados a evolucionar en beneficio de todos.