Lo necesario para «hacerse un Froilán».

Aparte del circo mediático de estas últimas semanas, que si volcán en Macaronesia, que si fugados viajeros, que si broncas políticas, el próximo fin de semana, se va a hablar de algo que a todos nos interesa más, y que nos va a servir a todos para «descomprimír» del comienzo de temporada de septiembre.

Estamos hablando, como no podría ser de otra manera, de la celebración tradicional de León de la Fiesta de San Froilán, (que era un eremita, lejos del mundanal ruido, aunque eso nadie lo recuerde). Hay varias tradiciones MUY específicas en las fechas en que se celebra San Froilán, y como tiene mucho que ver con nuestra despensa, aquí te contamos todo lo que necesitas para «hacerte un Froilán».

Aunque el Froilán en quien estás pensando, le encantaría un tributo de 100 doncellas, como el que se recuerda con la tradición de  «Las Cantaderas», y aunque también sea tiempo de «Pendones» y también te lo recuerde, no van por ahí los tiros. Tampoco por los carros engalanados ni nada parecido, si nos dejamos llevar por los institntos, vamos a caer en los manjares que disfrutamos, con especial gusto, durante San Froilán, y que si no disfrutas cada uno, parece que no has celebrado la fiesta como se debe, o que NO TE HAS HECHO UN SAN FROILÁN.

Toma nota para que no te suceda, lo primero que tienes que conseguir son unos «perdones» de la Virgen del Camino, que no son otra cosa, que un buen puñado de avellanas tostadas, para comenzar a celebrar la Fiesta de San Froilán.

Lo segundo que es inexcusable, es la Morcilla de León, que vive su día grande, en el mismo día de San Froilán, como bien sabes, la Morcilla de León es muy especial, y no hay una igual en toda España, no lleva arroz como la de Burgos ni está curada como la Asturiana, si no que es fresca y se cocina a la plancha con todo su esplendor.

Esta morcilla, también puede ir acompañada por buen chorizo de León, que en estas fechas se suele servir entrecallado, es decir, cocido, equiparando un poco la textura de la morcilla, y que  aunque a priori parezca que son sabores redundantes, el maridaje morcilla/chorizo de León funciona, y vaya que funciona! 

El toque maestro de este maridaje, está en el vino que acompaña, bien sea un prieto picudo  de la D.O.León o un Mencía de la D.O. Bierzo, hacen que todo sea redondo.

Y el «culmen» de la celebración gastronómica que supone «hacerse un Froilán» son las Rosquillas de San Froilán, que como puedes leer en anteriores reportajes de la despensa de León, son muy de León y mucho de León. 

Sea como fuere, y principalmente salvando el desaguisado que sería no poder celebrar San Froilán como manda la tradición, es una Fiesta que invita a celebrar con productos locales, #productosdeleon apoyando así nuestro tejido de productores, y eso si que es para celebrar, el que tengamos una provincia tan llena de grandes productores, de productos de primerísima calidad que entre todos, apoyamos. 

Feliz San Froilán a todos!