Buñuelos de viento, sin viento.

Cada festividad del calendario, tiene su reflejo en los productos de León, sobretodo en los obradores de la provincia, el día de todos los Santos se traduce en dos, los buñuelos «de viento» y los huesos de santo. ¿sabes de donde proviene la tradición?

Se trata de no vender humo, ni aire, el origen de los famosos «buñuelos de viento» de procedencia sefardí, se dice que fue un invento de un cocinero durante el asedio de la ciudad de Málaga, para llenar los estómagos de los habitantes sitiados con los pocos ingredientes de los que disponía, harina, manteca y huevos. El primer testimonio escrito, se remonta al siglo XVII, cuando la masa solamente se freía y los buñuelos se servían «tal cual», con la penuria típica de la escasez, llenos de aire, vacíos, así pasó a denominarse «Buñuelos de viento», mientras que en la corte de Felipe III, los reposteros reales comenzaron a llenar el aire del interior con deliciosas cremas y dulces aromas. Así es como ha llegado a nuestros días este dulce que hace las delicias de todos los públicos.

Los buñuelos de viento son el postre más tradicional de estas fechas, el día de difuntos o de todos Los Santos, el refranero popular dice que «Cada vez que te comes un buñuelo, sacas un alma del purgatorio»

Hablamos con Sergio González, al frente del obrador de Confitería Conrado, donde han convertido a los Buñuelos de Viento en especialidad, rellenándolos de crema, de nata o de las fantasías que a su alma creativa se le ocurra… Sergio no nos habla sólo de tradición, si no de la propia filosofía del obrador, tan en común con estas páginas, a la hora de utilizar siempre productos locales como ingredientes, productos de calidad y de cercanía, productos de León, sin apenas huella de carbono por el transporte, y que sin duda hace prosperar una rica economía circular en la provincia, haciendo que incluso en estos tiempos convulsos, la rueda siga moviéndose. En estos tiempos de globalización, en Confitería Conrado piensan global, comprando local.

Los huesitos de Santo o la paradoja de la Globalización.

Si Halloween ya es algo inevitable en nuestro país, colonizado por esta tradición americana, la creatividad de nuestros reposteros hace que otro de los dulces típicos de siempre por estas fechas, tome formas inusitadas, ya en origen, este dulce basado en la masa del mazapán, tenía su «sorna» al ponerle el nombre de huesitos de santo, el día de los difuntos, la novedad viene en las formas creativas que se crean con esta masa, desde ataúdes o calaveras, pasando por calabazas asesinas o incluso dedos! con crema, yema o el famoso relleno de Confitería Conrado que ha adoptado como sello, mermelada de frambuesa, frambuesa local, frambuesa de León, por supuesto.

En definitiva, aprovecha estos días para disfrutar de los deliciosos Buñuelos de Viento, ya sin viento en su interior, o de pegarle un buen mordisco al hueso de un santo, tenga la forma que tenga… parafraseando a Sergio: La vida es corta, cómete el postre primero!