Un gran reserva que es «lirismo trascendental»

Comparten ilusión y trabajo en la viña y en la bodega y el resultado, otras referencias aparte, es el primer gran reserva de Prieto Picudo. Bacchus de Oro 2012, nunca la variedad autóctona había alcanzado tanta vida y tanto reconocimiento. El ‘Casis’ de 60 meses en barrica señala el camino a seguir.

Se abrieron las cancelas de la noche,/ salieron los caballos a la noche,/ campos de hielos, de astros, de violines/ la noche sumergió pechos y rosas,/ noche de madurez envuelta en nieve/ después del sueño lento del otoño,/ después del largo sorbo del otoño». Son los versos de su Obra poética completa que dan profundo contenido a la contraetiqueta del Casis Gran Reserva 2006, el vino que el propio Antonio Colinas define como «lirismo trascendental».

Nunca un Prieto Picudo había ido tan lejos en el tiempo. El contenido de las 2.600 botellas que se comercializan bajo la referencia del apellido de su autor, Pedro Casis, es vendimia seleccionada del 2006 que ha permanecido 60 meses en barrica de roble francés. Más allá de la insólita experiencia sensorial a partir del descorche, este tinto de larga guarda es un hito para la Denominación de Origen Tierra de León —el primer gran reserva que certifica— y para la propia variedad, cuya aptitud y actitudes para el añejamiento es todavía territorio inexplorado.

Pese al largo camino que queda por recorrer a los tintos en el reino de los rosados, Ana Casis, que comparte inquietudes y trabajo en la viña y en la bodega con su padre, cree llegada la hora en la que «no les falta nada, sólo saber comercializarlos». «Lo que ocurre —explica— es que somos más exigentes con el Prieto Picudo que con otras variedades y eso no es justo. Es cierto que se trata de una variedad de complicada elaboración por la relación baya-pepita, pero el secreto está en el trabajo en la bodega y en la viña. Y en la experimentación. Nosotros vamos a seguir por ese camino».