El Sol brilla en el Val
Val de San Lorenzo.Primero fue lechería en el año 1904, luego fábrica de hilados en los años 50 y almacén, en la década de los 70. Tras una cuidadosa rehabilitación, este edificio histórico acoge hoy la posada real La Lechería.
En pleno corazón de la maragatería pero a sólo unos kilómetros de la bimilenaria ciudad de Astorga se encuentra el centro de turismo rural La Lechería, un caserón que conserva la esencia de la arquitectura maragata, hermanada con la necesidad de la comodidad moderna.
Sin duda, un chef, Rubén Domínguez, como la jefa de sala, María Ibáñez están comprometidos con los Productos de León, tanto las deliciosas carnes, u hortalizas como la variada bodega llena de referencias locales. Pocos lugares tan comprometidos con los productores locales, de donde consiguen la materia prima excelente para preparar esos deliciosos platos que se resisten a irse de la carta.
En la lechería brilla el Sol, concretamente el Sol de la Guía Repsol desde hace años, y sigue brillando.
En Val de Sanlorenzo, tierra de cocido maragato, no podía faltar una versión del mismo, si bien mantiene el orden y la materia prima local, lo hace de una manera muy personal, con exquisitas carnes de primera, legumbres de primer orden y toda la sabiduría maragata pero en pleno Siglo XXI, permítanme que les recomiende maridar el cocido maragato, no solo con alguno de los deliciosos caldos de la provincia, bien sea de la Denominación de origen Bierzo o de la de León, sin duda, elegir un cava o un espumoso rossé para el plato más contundente de la gastronomía maragata, es un acierto.
Pero no solo es un gran Restaurante, La Lechería también es un precioso hotel y ahora también, disponen de una casa rural de uso completo.
Tranquilidad, descanso, amistad y buena comida son su carta de presentación. Pernoctar dentro de sus muros permite disfrutar de cada rincón de la comarca. En parte debido a las habitaciones, un total de ocho, y decoradas con mucho gusto y calidad, combinando los tejidos más tradicionales con la alegría del color y la luz natural. Sus nombres hacen referencia a pueblos perdidos de esta comarca: Mirandela, Ubiero, Turiencillo, Orniola o Muga. Todas están dotadas de televisión, conexión a Internet, decoradas de forma diferente con muebles tradicionales de maderas nobles, baño con hidromasaje y dos de ellas tienen jacuzzi.
Después de una jornada de campo nada mejor que reponer fuerzas y, para ello, lo más adecuado es elegir el restaurante Ibedonia, dónde adquiere un protagonismo especial el cocido maragato, pero también ofrece al viajero una cocina tradicional que le sorprenderá. Sopa de ajo, morcillo, salteado de gambas con bacalao, garbanzos de pico pardal fritos con gambas, congrio al ajo arriero, natillas o castañas en almíbar son algunas de las sugerencia más apetitosas que se pueden degustar en este restaurante. En cuanto a la bodega, el restaurante Ibedonia, nombre que tenía Val de San Lorenzo en el siglo XI, posee una amplia carta de vinos de la tierra así como de otras denominaciones de origen con más de 90 referencias en total.
Mención aparte merecen los postres de La Lechería, una explosión de creatividad dulce con deliciosas texturas y sorprendentes sabores.
Construida en varias plantas, en el hall de la entrada se encuentra la recepción, una pequeña cafetería y una tienda de artesanía y productos gastronómicos de la zona: mantas, alfombras y prendas de vestir realizadas en el taller de la propia posada. La Lechería tiene un salón-biblioteca con chimenea, televisión y juegos de mesa.
La Lechería posee un taller de artesanía textil y organiza excursiones micológicas guiadas con la posibilidad de aprender a cocinar y degustar las setas recogidas. Otras actividades que también programa son senderismo, visitas culturales a Astorga, a Las Médulas, al Valle del Silencio, a la Sierra del Teleno o a los museos textiles de la zona. El Val de San Lorenzo merece, además, unos minutos de dedicación del viajero.