El vino más madrugador
Con cuadrillas más reducidas, menos contactos y bien temprano para recoger la uva fresca; así empezó la vendimia en el Palacio de Canedo.
MARÍA CARRO
Ya es una tradición en el Bierzo. El Palacio de Canedo de Prada A Tope fue, ayer, el primero en abrir el portón de su bodega para dar entrada a la uva con la que se elabora el Xamprada, el vino espumoso que nace de la mezcla de Godello y Chardonnay y que se ha convertido en un símbolo de la marca comandada por José Luis Prada.
Bien temprano, para aprovechar las horas más frescas del día, comenzó la recogida en las viñas más próximas al Palacio de Canedo. El contexto sanitario actual ha obligado a modificar las cuadrillas, reduciendo el número de integrantes, y a evitar contactos entre los vendimiadores y quienes sacan la uva para acotar cualquier brote de coronavirus. Una veintena de personas iniciaron ayer la marcha de la nueva campaña de recogida de uva en el Bierzo. No son los primeros que lo hacen en el marco de la Denominación de Origen por capricho, sino por necesidad. La uva con la que se elabora el Xamprada se recoge con un grado de madurez inferior, porque después se vuelve a fermentar en la botella para conseguir la espuma que le da carácter.
Este año, la cosecha se prevé buena en cantidad y calidad. La estimación en cuanto al volumen de kilos está entorno al 25% de incremento, según explicó el enólogo José Manuel Ferreira. Así, se elaborarán más botellas. Serán, aproximadamente, unas 20.000 unidades de blanco y en torno a 15.000 de rosado. «Como la cosecha es propia y no se compra uva, nos administramos y los años de bonanza aprovechamos para hacer acopio para cuando no tengamos», apuntó Ferreira.
Es verdad que la cosecha ha venido adelantada, pero no tanto como presagiaban cuando comenzó el ciclo vegetativo. También han cambiado, en este caso para bien, las estimaciones en cuanto a la cantidad y calidad de la uva, amenazada por la lluvia primaveral, el calor del verano y el ataque de plagas como la del mildiu, especialmente alarmante en el caso de la agricultura ecológica, que limita el uso de tratamientos convencionales. «Ha sido un año muy duro, de mucho trabajo para salvar gran parte de la uva», aseguró José Manuel Ferreira. La maduración más lenta es el factor que está detrás de la presupuesta calidad.
«El primer día siempre es muy emocionante, hay ganas de empezar a cortar uva», aseguró el enólogo del Palacio de Canedo, quien también reconoció que la excepcionalidad de la primera jornada en tiempos de pandemia marcó un poco el ritmo durante las primeras horas. «Al principio fuimos un poco más lentos», dijo. Por delante queda, ahora, un mes de vendimia.