La cocina del buen comer
Eugenio Blanco expone en el restaurante Alborada las grandes cualidades de los cocineros bañezanos. Tradición adornada ahora con lo mejor de la vanguardia.
Por Marcelino Cuevas
Eugenio Blanco Cuervo lleva la restauración muy dentro desde niño, ya que nació en un entorno familiar dedicado de lleno a la hostelería. Nació en La Bañeza, siempre señera en el buen comer.
El ahora responsable del restaurante Alborada, a la vez que cursa sus estudios básicos, realiza sus pinitos culinarios en el negocio familiar. Así, la fuerte atracción por la gastronomía, los sabores, olores y materias primas, va impregnando su inquietud y marca su afán de superación.
«Amplié conocimientos -”dice-” en la Escuela Luis Irizar de San Sebastián. Después tomé un especial interés por la pastelería y en 1991, realicé en París el curso de Cacao Barry, Centro de Perfeccionamiento del Chocolate, y otro curso de especialización en Pastelería en la escuela Chocovic de Barcelona».
De 1993 a 2005 se convierte en propietario del restaurante Los Ángeles en La Bañeza, asumiendo personalmente la dirección tanto de la empresa como de la cocina. En el 2005, hace lo propio con el restaurante Alborada en el centro de León.
A Eugenio le gusta hacer cocina tradicional, pero adornada de todas las posibilidades culinarias de vanguardia. Su restaurante, situado en uno de los lugares emblemáticos de la ciudad, es amplio, luminoso y cuenta con excelente servicio.
Eugenio hace maravillosamente muchos platos, pero es especial la predilección por sus chipirones a la plancha, sus mollejas de ternera guisadas, sus rulos de cecina, su ensalada de perdiz escabechada y su fabuloso arroz con bogavante, como apetitosos primeros.
Entre los platos tradicionales de su carta destacan las manitas de cerdo con langostinos frescos de Huelva y el bacalao al ajo arriero.
Del mar rescata el estupendo cocinero la merluza de pincho con patata revolcona, el rapito salvaje con ajillos y el bacalao sobre patas, morro de ternera y huevo escalfado.
En el capítulo de carnes destaca la carrillera de ternera estofada al vino Prieto Picudo, el solomillo con hígado de pato, el rabo de añojo estofado, la lasaña de solomillo en salsa de piñones tostados y el asado de lechazo churro.
Los postres, también confeccionados en los fogones de la casa, tienen como enseñas destacadas, la crema de queso con reducción de uvas pasas, el tiramisú, la paleta de chocolate en texturas, el flan de nata y yema, la tarta de almendras rústica y el hojaldre con queso y chocolate.
Una interesante bodega y unos precios muy ajustados son otros detalles de interés que aumentan el atractivo del Restaurante Alborada.
Cocina Sobresaliente
Servicio Notable
Decoración Notable
Bodega Notable
Puntuación (de 1 a 10) 9