La reina de las manzanas capitula ante las heladas
El 20% de una cosecha normal, que está en torno a los tres millones de kilos. Esto es lo que ha recogido este año el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Manzana Reineta del Bierzo. Las heladas registradas en primavera, en pleno proceso de floración, han afectado seriamente al fruto y la producción ha caído de manera estrepitosa. Es un año horrible para el centenar de productores que gestionan las cien hectáreas plantadas de reineta en el Bierzo, concentradas en los municipios de Carracedelo, Ponferrada y Camponaraya.
Las heladas de primavera han provocado una merma importante en la cosecha, con una caída del 80% con respecto a un año normal, que está en torno a los tres millones de kilos de fruto
El daño ha sido generalizado y «no hay ninguna finca en la que haya quedado el cien por cien de la producción», explicó el director técnico del Consejo Regulador, Pablo Linares. Si bien es cierto que en Camponaraya la situación ha sido menos crítica.
Hay mucho menos fruto pero, al menos, queda el consuelo de que el que se ha recogido mantiene intacta la calidad, tal y como aseguró Linares ante de reabrir el debate sobre la necesidad de que la Administración impulse la instalación de sistemas antiheladas y antigranizo. Es verdad que los seguros privados que tengan contratados los agricultores les ayudarán a contrarrestar las pérdidas de este año, pero esa no es la solución al problema. «Eso le permite sobrevivir ahora, pero hay que pensar a futuro y su estabilidad pasa por garantizar las cosechas mediante estos sistemas», apuntó el director técnico de la DO Manzana Reineta.
Los pocos productores que tienen sistemas antiheladas han podido capear la tormenta y mantener en torno al 80% de la producción. Pero la cifra de quienes tienen este recurso es mínima. El coste de instalación es muy elevado, especialmente en un Bierzo de parcelas pequeñas que elevan el gasto. Por ello, Linares entiende que la Administración tiene que subvencionar a los agricultores, teniendo en cuenta «la idiosincrasia de los cultivos de la comarca». «Por ser parcelas pequeñas, el coste por superficie es mayor. Estamos hablando de que puede ser un 30 o un 40 por ciento más caro que ponerlo en superficies grandes», se lamentó Pablo Linares. Ello supone una clara «desventaja competitiva» y por eso se pedirá una reunión con la Junta de Castilla y León una vez se dé por cerrada la campaña de recogida de este año. El sector quiere soluciones